En un sitio del sistema bancario estatal en mi país (Costa Rica), han cambiado su página principal de la sección de Internet Banking por un anuncio, que me hace pensar en que aún con todas las herramientas de seguridad dentro de la Web, es todavía posible caer víctima de atracos en línea.
Parte del escrito lee:
Una estafa por medio de spam que es particularmente solapado se conoce como Phishing y parece provenir de una empresa en la que usted confía o incluso su propia compañía (por ejemplo hacen una copia exacta de la página de su banco). El mensaje falso (la «carnada»), típicamente contiene un enlace (el «anzuelo») hacia una página Web o ventana desplegable igualmente falsa donde se le pide que revele datos personales.
De hecho, ellos mismos recomiendan algunos pasos;
- Borre el spam (correo electrónico, mensajería instantánea), sin abrirlo. Nunca responda.
- Busque señales de estafa. Mensajes alarmistas y amenazas de cierre de cuentas. Promesas de mucho dinero por nada o poco esfuerzo. Negocios que suenan demasiado buenos para ser verdad. Faltas de ortografía y errores gramaticales. Solicitud de información personal, amenazas de cierre de cuentas, solicitud de usuario y contraseña, mensajes alarmistas.
- No comparta información personal confidencial en un e-mail o mensaje instantáneo. (Si una empresa de reputación parece estar pidiéndole información personal, podría tratarse de una estafa).
Creo que un grado académico detallado para manejar la Web no existe y ni tan siquiera tenemos un “Manual Práctico”. Por eso, considero que nuestro “sentido común” es sin duda el mejor aliado para cuando entramos en sitios de dudosa procedencia, y que incluso, lastimosamente pueden aparecer bien posicionados dentro de los buscadores electrónicos.